VENEZUELA ES EL MUNDO… (o el Tragapaíses)

si me presento, gano!

Maduro: si me presento en España, gano!!!

Que dice mi amigo el televidente que el mundo es Venezuela. Mi amigo el televidente, como su apelativo indica, se pasa el día pegado al plasma. Deglute series de la Fox, telediarios, tertulias, gacetillas televisivas, programas de investigación periodística, documentales y hasta le cuesta levantarse cuando los anuncios, tan apegado está mi amigo a la pequeña pantalla (de unas 50 pulgadas, creo…)
Pues dice mi amigo que el mundo, últimamente, ha sufrido un cataclismo planetario cuya principal consecuencia es que se ha reducido su tamaño, desapareciendo de él naciones y geografías enteras, siendo tragados por los océanos del olvido o quizá un tsunami de esos que sepultan costas e islas bajo las furiosas aguas que ofendió algún maremoto abusón.
– Pero, hombre de Dios -le digo- ¿cómo va a desaparecer parte del mundo así como así?
– Que sí, que te digo que ya no existe más extranjero que Venezuela, ni más dictadura que la Venezolana, ni más violencia que la que se da en Venezuela, ni golpe de estado, ni guerra, ni acto de terror que no ocurra en Venezuela. Nada sucede que no sea en Venezuela.
– En Venezuela, votan cada cuatro o cinco años, creo… -le interrumpo con afán de cambiar el tercio de la conversación.
– ¡Quía! Que el de la tertulia ese que tanto sabe, dice que no, que en Venezuela no se vota, ni hay partidos, ni existe prensa o televisión que no sean del terrible dictador.
– Ejem… – carraspeo, pero no le interrumpo más; pienso, sin embargo, que hasta el opositor Capriles tiene su propio canal: Capriles TV, y unas diez emisoras privadas más emiten desde Venezuela y otras tantas desde Miami o Colombia, en fin… mejor le dejo que se explaye a mi amigo el televidente, no vaya a enojarse.
– Pero eso no es lo peor, amigo mío -acera la mirada y achica los ojos, que inquietos miran a los lados en busca, quizá, de espías o chivatos- Lo peor, es que Venezuela ha desarrollado un arma de destrucción masiva super eficaz.
– ¡Pero, qué me dices! -empiezo a temer por la salud mental de mi amigo, pero no sé cómo detener su delirio.
– Lo que oyes.
– ¿Y puede saberse en qué consiste esa terrible arma?
– Yo la he descubierto, Josep -sus ojillos se vuelven norias que giran hacia todos los lados, y me susurra- ¿Podemos hablar con seguridad acá? Mira que nos vigilan…
– Tranquilo, el Severo Diletante es seguro… un espacio de libertad -empiezo con mi proselitismo, pero él me corta enseguida. Se nota que necesita hablar, desahogar su paranoia y su preocupación.
– Escucha: ese arma que tiene el dictador Venezolano tiene nombre.
– ¿Cuál?
– Su nombre en clave es Tragapaíses. Gracias a ella todo lo que ocurre en el mundo cabe en Venezuela.
– ¿Todo, qué?
– Escucha te digo las cosas que ya ocurren en Venezuela: se ha bombardeado una ciudad llena de civiles con el resultado de 2.500 muertos, entre ellos más de 500 niños aplastados o asados vivos; se promovió recientemente un golpe de estado contra un gobierno electo con francotiradores pagados por los servicios secretos extranjeros; lueven misiles lanzados por drones que caen sobre las bodas masacrando novios, novias y concurrencias; 2.800.000 niños están en la pobreza con acento español; el paro alcanza al 24 % y la pobreza al 30 % de la población; se tortura en cientos de cárceles secretas y se hace desaparecer a sus presos; se financian golpes de estado y planifican magnicidios; los reyes se embolsan millones en paraísos fiscales mientras sus pueblos están en la miseria; los tesoreros de los partidos del poder acumulan todavía más millones en los mismos paraísos sin fondo; se aprueban leyes para amordazar al pueblo y castigarle si se manifiesta; los medios de comunicación son oligárquicos y organizan grandes campañas contra opositores y regímenes disidentes; los recaudadores de hacienda, con su Jefe a la cabeza, amenazan a los ciudadanos y partidos disidentes; la policía dispara contra los negros que viven en guetos modernos, pero llenos de basuras y miseria como los de siempre; las urbes tienen suburbios para los moros, los negros y demás morenos que rebuscan en los cubos de basura algo que comer…
-¡Calla, calla! ¡Si eso no es en Venezuela! – no puedo seguir escuchando a mi amigo el televidente sin indignarme. ¡Pues no confunde Gaza, Israel, Afganistán, Líbano, Ucrania, Estados Unidos o España con Venezuela!
– ¡Claro que ocurre en Venezuela! -me interrumpe él, molesto por mi interrupción- ¿Acaso no ves los noticieros de España? Todo lo malo del mundo, todas las dictaduras, la miseria, la violencia del mundo ocurre en Venezuela, créeme. Llas naciones han sido abducidas por el arma TRAGAPAÍSES al servicio de oscuros intereses boliviarianos. Sin embargo, el gobierno de Maduro está chasqueado, ja, je, ja.
– ¿Y eso, por qué? -le sigo la corriente, definitivamente convencido de que mi amigo el televidente ha perdido la razón.
– ¡Pues, porque, ahora, toda la mierda del mundo la tiene en casa! Con lo bien que vivían antes…
Mi amigo el televidente ha seguido rato hablando de Venezuela y el arma masiva TRAGAPAISES. Siento pena por él, siempre ha tenido una imaginación muy grande. Y demasiada afición a las tertulias televisivas.
¿El TRAGAPAÍSES? ¡Vaya tontería!