Catalunya/España: aguas revueltas.

Maguas banderaas pretende arrastrarnos a todos los catalanes en su huida hacia delante. Obvia decir que no nos lo merecemos.
El President sabe que ya no cuenta con el apoyo mayoritario del pueblo catalán; que, seguramente, hoy, la suya no sería la candidatura más votada en caso de convocar elecciones al Parlament. Muchos ciudadanos catalanes ya se han cansado de él. Y el «proces» anda, cada vez más, por otros derroteros que se deshilvanan entre ERC, Convergencia sin Unio (vaya a saber qué queda), la Cup o una Iniciativa que se declara no independentista. El resto (PSC, PP, C’s y mindundis varios) no están en el «proces», aunque son también muchos (sumaron en las últimas elecciones el 35%).
El 9Nbis no sólo no ha contribuido a esclarecer nada sino que ha oscurecido todavía más el ambiente. Pero eso es lo que -consciente o inconscientemente- busca Mas. El 9Nbis, como no podía ser de otra forma, sólo ha contribuido a enturbiar las revueltas aguas de la política catalana y, también, del resto del Estado español.
Igual que era obvio que no se podría realizar el primer 9N porque que el Constitucional -naturalmente, a instancias del gobierno Rajoy- lo prohibiría por su ilegalidad manifiesta, también lo era que el 9Nbis, convocado sin las mínimas garantías democráticas -censo, neutralidad institucional, carencia de campaña para una de las opciones, mesas constituidas por parte etc- por mucho honesto voluntarismo que contuviera, se enfangaría en múltiples interpretaciones, nuevos enfrentamientos y mayor fractura social. Es lo que ocurre cuando se hacen las cosas sin contar con los demás. Mas ha tumbado la poca cultura del pacto que trajo la Transición y la ha sustituido por la “ley de los nuestros”. Él y Junqueras se unen en un «Catalunya somos nosotros”, y expulsan de la paradisíaca “catalanidad” a todo catalán que no comulgue con la rueda de molino independentista.
Pero todo esto ya lo sabía el astuto President mucho antes de que llegara este otoño. Así que -como se le presuponen inteligencia y hábiles colaboradores- lo que no ha habido es improvisación. Mas no ha actuado en respuesta al Estado español: pero ha conseguido que lo parezca y que muchos se lo crean. Mas juega una partida al solitario pero nos vende que tiene contrincante. Y eso no es cierto en la medida de que el contrincante actúa de la única manera que puede hacerlo, de forma que conocemos perfectamente cuál será su juego. Mientras, el President tiene elaborada su jugada siempre con antelación: juega sin atender a las reglas del juego (que él mismo contribuyó a crear, y que son las que le han permitido ser quién es). Así, puede cambiar las cartas, su valor, la cuantía del descarte y el orden de las combinaciones: juega solo, hace lo que quiere. Tanto, que el resto de jugadores (ERC, Cup, ICV) no son para él más que espectadores de la partida, meros comparsas. Y, cuando quiere, amenaza con romper la baraja del pacto de la porcelanosa a sabiendas de que, mientras el siga siendo president, la claca no tiene más remedio que aplaudir.
Insisto: no hay -por mucho que nos lo quiera vender- dialéctica entre Mas y el Estado español. Mas ha prefigurado todas las manos de la partida porque sabe que Rajoy sólo puede -aunque, además, quiera- responder lo que responde.
Sin embargo, Rajoy y Mas coinciden en algo fundamental: en las formas. A la provocación se responde con chulería; es decir, con más provocación. La causa principal de que esto suceda así es que tanto Rajoy como Mas están en la cuerda floja, cada cual en su ámbito particular. Se saben presidentes acabados. Ambos saben que en una situación de normalidad democrática no repetirán; todos los augures demoscópicos lo afirman: ni Mas ni Rajoy serán presidentes tras las próximas elecciones. Eso, si no ocurre algo que venga en su auxilio.
Y ahí está el verdadero vínculo entre el solitario de Mas y la verbalización de Rajoy: tensar la situación, provocar un totus revolutum, enfangar la política con discursos esencialistas haciendo dejación de la administración de la res pública, que es para lo que los ciudadanos les eligieron. Ambos buscan lo mismo: que cuando lleguen las elecciones la ciudadanía se vea sumergida en un debate turbio sobre patrias y banderas. Entonces, piensan ellos, podrán pescar en aguas revueltas los votos que necesitan para seguir siendo presidentes, y que de otra forma no obtendrían.
Rajoy hará que los suyos se desgañiten en un nuevo ¡spaña-se-rompe!, mientras que Mas exigirá que le rindan pleitesía los del pacto de la porcelanosa si quieren que convoque elecciones al Parlament. El uno busca pescar en las aguas revueltas del patrioterismo españolista los votos que no puede conseguir por su buena administración. El otro, quiere jugar con las cartas marcadas: que le nombren honorable ganador antes de que los ciudadanos echen la primera papeleta en las urnas.
Las aguas de los patriotas siempre bajan revueltas…y, en ocasiones, turbias de sangre. Y, aunque es de suponer que aquí no llegará la sangre al rio, de lo que sí estoy seguro es que estos dos presidentes están dispuestos a lo que sea con tal de seguir siéndolo.
Todo, menos convocar con normalidad a los ciudadanos a unas elecciones democráticas para que elijan libremente a sus próximos gobernantes.

Sin aspavientos patrioteros, ni condiciones previas.

5 comentarios en “Catalunya/España: aguas revueltas.

  1. gracias, juli.
    creo que muchos podemos estar de acuerdo en algo tan evidente de que nuestros gobernantes se escudan en discursos esencialistas para ocultar su mal gobierno y otras cosas menos confesables. un saludo.

    Me gusta

  2. Hola Josep.
    Yo soy catalana residente en Valencia.
    Pienso que si hubieran dejado votar io se habría armado tanto revuelo.
    Al fin y al cabo por tener la libertad de votar no hubiera pasado nada, pues también hay catalanes que quieren continuar siendo españoles.Hago constar que yo muchas veces digo que soy ciudadana del mundo.
    Tengo mis propias ideas , no me apetece mucho hablar de política ni de religión aunque soy católica y cristiana convencida, pero respeto a los que no creen y a los que practican otra clase de religión.
    Así mismo me ocurre con la política, pero si querían «·el dret a decidir», tampoco pasaba nada.
    Hay un Poema que escribió hace más de un siglo el Poeta catalán Juan Maragall (abuelo del que fue alcalde de Barcelona Pascual Maragall), que se llama Oda a España.
    Saludos cordiales, Montserrat

    Me gusta

  3. Montserrat, realmente votar en condiciones no hubiera sido ningún problema y esperemos que algún día se pueda hacer. Personalmente no soy independentista, en absoluto, y eso que vengo de una de esas familias que ya corrían por esta tierra hace siglos (burgesos y terratinents, qué hi em de fer…). Pero lo que nos estaban montando esra un pucherazo como un pino: «ellos» llevan de campaña 2 años, con las instituciones apoyandoles con dinero público (¿y la necesaria e higiénica neutralidad electoras, no les importa a estos «democratas»?). Yo, puestos a elegir, reclamaría la ciudadanía ateniense o, en su defecto, la de la Roma imperial. Catuluña y España, catalanes y el resto de españoles, compartimos história y estado desde hace más de 3 siglos: ¡300 años! No sóló de opresión ni «ocupación» (¿?); sino de mestizaje, de bililingüismo, de historia – la buena y la bélica, la de los ciudadanos y la de los siervos …- . ¿Alguién se imagina a un Estado de los USA reclamándose inglés? En fin: se resolverá la duda si los ciudadanos quieren tarde o temprano con las garantías usales de cualquier evento democrático. Los pucherazós quedaron para esos referendos que hacía Franco: como ellos sacaba el 92 % de Síes (que es lo que les ha salido, claro). Un besote (y perdona por cansarte con estas politiquerías…)
    tu blog http://rosadabril.blogspot.com.es/2014/11/ quede recomendado a quien venga por acá: realmente entrañable e interesante.
    besos.
    josep

    Me gusta

Los comentarios están cerrados.